Equilibrio
Pues coñas aparte tuve casi 30 años una biblia en la pata de la cama que tenía la medida perfecta. Me la regaló una pesada de esas que van por la calle preguntando “¿Tiene un segundo para escuchar la palabra de nuestro señor?”, la escuché con paciencia un rato, me regaló una biblia, no me arrepiento.










